Una noche de Mayo

Una cerveza helada hacia el contraste perfecto con el calor del lugar, el bar estaba a reventar. Cabellos rubios ondeantes, mujeres y hombres rozaban sus cuerpos en una danza candente y mi cuerpo solo se balanceaba de un lado a otro en el mismo taburete donde me habia sentado desde que llegue.

Me preguntaba si habia sido buena idea salir sola al lugar de moda de la ciudad, sobre todo ya no sentia que mi ropa hubiera sido una buena eleccion para el dia y el sitio, me sentia hecha un asco. ¡Joder¡ no podria haber elegido peor. Estaba sencillisima a mas no poder, vaya si ya parecia que iba a comerme un helado, shortcito, bluson sport y sandalias bajitas... el cabello uff, alborotado como siempre.

Levante mi muñeca y mire la hora, 10:47pm. El tiempo pasaba lento, aunque no podia decir lo mismo de mi cerveza. Levante de nuevo la mano y el mesero trajo otra más, con su respectivo limón y sal, la perfección en un vaso.

- Me ayudas con la hora por favor.

Y pensar que así comenzaria todo, tu y yo, tus labios y los mios, tu calma y mi desespero, tu aire  y mi vacio.

Estabas ahi mirandomeee, esos ojos que traspasaban los mios... uno, dos y tres flechazos, me encantaba su sonrisa. Era como si en medio del escandalo tuviera un momento intimo, en calma, liviano y tranquilo. Aire, era aire lo que este hombre me estaba dando.

Respire profundo, eramos unos completos desconocidos y ahí estabamos sonriendonos, hechizandonos, como en una burbuja elevada hacia el cielo, nada nos rozaba, nada nos quitaba la calma.

Eramos solo el y yo, una hora, dos horas y tres horas... las luces se apagaban y nuestras manos entrelazadas caminaban a un lugar de no retorno, nos abrazaba la brisa de la madrugada y la oscuridad de la noche. Su silencio se rompio y ante sus palabras asentí, mi seguridad a su lado era abismal, cerca de el nada podia pasarme, era mi luz, mi calma, nos necesitabamos.

Su piel caia como la seda sobre la mia, suave y calida, eramos dos piezas del puzzle que encajaban a la perfección, bocanadas de aire salian de nuestras bocas y poco a poco la suavidad inicial pasaba a sentirse como un torbellino que nos arrastraba al desenfreno, era suya completamente y ahora tambien su piel, su aire, su ser, todo en ese preciso momento era mio.

Sale el sol, se opaca y de nuevo se esconde. La luna se alza impasible y de nuevo sus ojos alumbran los mios, alli estamos el uno junto al otro. Un tropiezo y sus manos protectoras me rodean, esta ahí, mi aire esta ahí, me cobija, me protege. No necesitabamos decir más, cenamos y reinaba el silencio aunque nuestros ojos y el toqueteo constante de nuestras manos avivaba nuestra noche anterior.

Con el transcurrir de los días me vi envuelta en una nube de besos, caricias y felicidad. Su aire, era el mio...
Nuestro caminar, nuestras sonrisas, todo era nuestro, me queria comer el mundo a su lado. El deseo nos envolvia, la pasión se hacia infinita y nuestros espacios eran calidos y placenteros.

Pero el sol no brilla todos los días, la lluvia comenzo a caer y con ella cayeron resquebrajados mis planes, mis fantasias y mi sueño a su lado. Los relampagos revelaban la realidad y aunque el tratara de apaciguarla el fin estaba muy cerca, me sentia hundida, mi calma se volvio tormenta, mi alegria comenzo a marchitarse y mi cuerpo comenzo a andar entre la sombra y la penumbra.

Sus ojos se encontraban con los mios pero en ambos habia tristeza, podia decir que no, podia quedarse a mi lado y seguir inundandome de ese aire tan esencial para mi, pero para él la desición estaba tomada. Se me escapaba el aliento cuando ibamos juntos en el automovil, sentia que mi alma iba tras el mientras mi cuerpo se quedaba inmovil... yo me quedaba y él se marchaba, ni siquiera pude mirar atras cuando baje. Solo fue un abrazo y un adios entre humedo y salado, al bajar no quise ver más, el sonido se alejaba y mis lagrimas brotaban imparables.

No se cuanto tiempo estuve así, navegando entre las heladas aguas del desamor, perdida como un niño abandonado en la oscuridad... hace dos días cuando desperte, la lluvia habia cesado, el sol se alzaba a lo lejos y los pajaros cantaban sin cesar, recorde lo que habia pasado pero ahora no se si realmente esa historia de amor existio o solo fue producto de mi imaginación en una noche fria y lluviosa de Mayo.




Comentarios

Entradas populares